Paciencia y confianza
2 1Hijo mío, cuando te acerques a servir al Señor,
prepárate para la prueba;
prepárate para la prueba;
2mantén el corazón
firme, sé valiente,
no te asustes cuando
te sobrevenga una desgracia;
3pégate a él, no lo sueltes,
3pégate a él, no lo sueltes,
y al final serás
enaltecido.
4Acepta cuanto te sobrevenga,
aguanta enfermedad y pobreza,
5porque el oro se acrisola en el fuego,
4Acepta cuanto te sobrevenga,
aguanta enfermedad y pobreza,
5porque el oro se acrisola en el fuego,
y los elegidos,
en el horno de la pobreza.
6Confía en el Señor, que él te ayudará;
6Confía en el Señor, que él te ayudará;
espera en él, y
te allanará el camino.
7Los que respetáis
al Señor, esperad en su misericordia,
y no os apartéis para no caer;
y no os apartéis para no caer;
8los que respetáis
al Señor, confiad en él,
que no retendrá
vuestro salario hasta mañana;
9los que respetáis al Señor, esperad bienes,
9los que respetáis al Señor, esperad bienes,
gozo perpetuo y
misericordia.
10Repasad la historia
y veréis:
¿quién confió en
el Señor y quedó defraudado?,
¿quién esperó en él, y quedó abandonado?,
¿quién gritó a él y no fue escuchado?
¿quién esperó en él, y quedó abandonado?,
¿quién gritó a él y no fue escuchado?
11Porque el Señor
es clemente y misericordioso,
perdona el pecado y salva del peligro.
perdona el pecado y salva del peligro.
12¡Ay del corazón
cobarde, de las manos desfallecidas!;
¡Ay del pecador que va por dos caminos!;
¡Ay del pecador que va por dos caminos!;
13¡Ay del corazón
desfallecido que no confía
porque no alcanzará
protección!;
14¡Ay de los que
habéis perdido la paciencia!,
¿Qué haréis cuando
venga a tomar cuentas el Señor?
15Las que respetan al Señor no desobedecen sus palabras,
los que lo aman siguen sus caminos;
15Las que respetan al Señor no desobedecen sus palabras,
los que lo aman siguen sus caminos;
16los que respetan
al Señor procuran complacerle,
los que lo aman cumplen la Ley;
los que lo aman cumplen la Ley;
17los que respetan
al Señor disponen el corazón
y se humillan delante de él.
y se humillan delante de él.
18Caigamos en manos
de Dios y no en manos de hombre,
pues como es su grandeza así es su misericordia.
pues como es su grandeza así es su misericordia.
2,1-6 Dios es
pedagogo exigente, que enseña a los suyos en la vida y para la vida, con
experiencias y pruebas: Tob 12,13; Dt 8,2. El discípulo debe venir con firme
convicción personal y dispuesto a la prueba, que es necesaria y señal de que
Dios lo ama: Prov 3,12. Si la intimidad del hombre "se pega" o adhiere a Dios, estará firme (Sal 112,7) y valiente (Sal 27,14). "Pegarse"
es palabra típica del Dt. "Se acrisola": Is 48,10; Jr 9,6. "Allanar"
Is 45,13; Prov 3,6.
2,5 Prov 3,12.
2,7-14 En tres
estrofas, exhorta con imperativos, apela al testimonio de la historia y rubrica
la lección con tres ayes.
2,7-9 Traduzco "los
que respetáis al Señor" para enlazar con el cap. 1; vale también la forma
común de los salmos: "fieles del Señor". "Salario": véanse
Gn 15,1; Jr 31,16. "Hasta mañana": como manda Lv 19,13. Los "bienes"
se concentran en la "salvación" y en el "gozo" que de ella
deriva. Gozo "perpetuo" o duradero para toda la vida.
2,10-11 De las
tradiciones históricas aprende el judío: las medita (Sal 78), a ellas apela en
la súplica (Sal 44,2-9; 22,5s). De las manifestaciones históricas puede subir a
las cualidades de Dios (Ex 34,6s), unidas al perdón en Sal 103,8-14.
2,12-14 Los
ayes son formas de estirpe profética, son lo contrario de la bienaventuranza.
"Corazón y manos" es también bina usada por los profetas: Is 13,7; 35,3s;
Ez 21,12. "Ir por dos caminos" describe una conducta incoherente,
repartida entre el bien y el mal: cfr. 1 Re 18,21. La confianza en Dios equivale a la fe; desconfiar de él es negarle poder o voluntad. La terna se
cierra apelando al juicio definitivo de Dios.
2,15-17 Hace
eco a la terna de 7-9. Considera equivalentes la reverencia, el amor, la humildad
ante el Señor. No opone amor a temor. Sobre esta "humildad" véase Miq
6,8. Las actitudes internas se traducen en seguir el "camino"
señalado por Dios, es decir, en cumplir sus "mandamientos": cfr. Jn
14,15.21.23.
2,18
"Ponerse en manos de Dios" es la entrega confiada, aunque sea para el
escarmiento (2 Sm 24,14) o la prueba (Dn 13,23). Con otros términos, lo dicen
las bellísimas expresiones de Sal 31,6.16; Y en tono afirmativo Sab 3,1.
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