sábado, 30 de junio de 2012

CAPÍTULO 23.


23 1Señor, Padre y Dueño de mi vida,
no me dejes caer por su culpa.
2¡Quién pusiera un cómitre sobre mis pensamientos
y un sabio instructor en mi mente
que no perdonara mis yerros ni disimulara mis pecados!
3Para que no aumenten mis ignorancias
ni se multipliquen mis pecados;
para que no caiga ante mis adversarios
ni se alegre el enemigo de mi ruina.
4Señor, Padre y Dios de mi vida,
1bno me entregues a su capricho;
4bno permitas que mis ojos sean soberbios,
5aparta de mí los malos deseos;
6gula y lujuria no se apoderen de mí,
no me entregues a pasión vergonzosa.  

Sobre el hablar
(EcIo 5,9-6,1; 19,4-17; 27,8-15)  

7Hijos, escuchad mi instrucción sobre el hablar:
el que la guarda no quedará atrapado.
8EI pecador se enreda en sus propios labios,
el arrogante e injurioso tropieza con ellos.
9No te acostumbres a pronunciar juramentos
ni pronuncies a la ligera el nombre santo.
10Como el siervo sometido a interrogatorio
no saldrá sin cardenales,
así el que jura por el nombre continuamente
no quedará limpio de pecado.
11El que mucho jura se llena de maldad,
y el látigo no se apartará de su casa;
si se equivoca, incurre en pecado,
si no cumple, peca el doble;
si jura en falso no será absuelto,
y su casa estará llena de calamidades.
12Hay palabras que merecen la muerte:
¡que no existan en la heredad de Israel!
Los hombres religiosos están lejos de tales cosas
y no se revuelcan en pecados.
13No acostumbres tu boca a mal hablar,
porque será causa de pecado;
14acuérdate de tu padre y tu madre
cuando te sientes entre los nobles:
no sea que te descuides en su presencia
y eches una mancha en tu educación;
desearás no haber nacido
y maldecirás el día que viste la luz.
15El que se acostumbra a insultar
no aprenderá en toda la vida.
16Dos clases de hombres multiplican pecados
y una tercera provoca la cólera de Dios:
17el sensual que arde como fuego,
no se apagará hasta consumirse;
el que fornica con una pariente,
no cesará hasta abrasarse;
el lujurioso que encuentra sabroso cualquier pan,
no parará hasta que el fuego lo consuma.
18El que es infiel al lecho matrimonial
diciéndose: «¿Quién me ve?,
la oscuridad me rodea, las paredes me encubren,
nadie me ve, ¿por qué temer?,
el Altísimo no tendrá en cuenta mis pecados»,
19sólo teme la mirada de los hombres
y no sabe que los ojos del Altísimo
son mil veces más brillantes que el sol
y contemplan todos los caminos de los hombres
y penetran hasta lo más escondido.
2OTodo lo conocía antes de crearlo
y lo mismo después de terminado.
21Pues cuando menos lo piense, será arrestado
y será castigado en la plaza pública.
22Lo mismo la mujer que abandona al marido
y proporciona un heredero de un extraño:
23En primer lugar, desobedeció la Ley del Altísimo;
en segundo lugar, ofendió a su marido;
en tercer lugar, se prostituyó con adulterio
y le ha dado hijos de un extraño.
24Habrá de comparecer ante la asamblea,
y el castigo recaerá sobre sus hijos;
25sus hijos no echarán raíces
y sus vástagos no darán fruto;
26su recuerdo será maldecido
y su infamia no se borrará.
27Los restantes reconocerán
que nada hay más importante que temer al Señor
ni más dulce que guardar sus mandamientos. 
 

23,1 Los títulos divinos son desusados, porque no es normal que un individuo llame a Dios padre: otro caso en 51,1.10. El verso se parece al comienzo y final de nuestra oración dominical: "Padre ... no nos dejes caer ...•.
23,2 De las palabras penetra en los pensamientos. Como el maestro emplea el castigo corporal para educar, así haría falta una corrección interior insobornable; el hombre a solas consigo se excusa y se perdona. Las "ignorancias" pueden abarcar inadvertencias y cosas ocultas: véase Sal 19,13. Sobre las inadvertencias hay una legislación que favorece la toma de conciencia: Lv 4,2.22.27; 5,15.18; Nm 15,22-31.
23,3 La alegría triunfante del enemigo es tópico de los salmos: p. ej. 13,5; 25,3.
23,4-6 A palabras y pensamientos siguen deseos y acciones. "Soberbios": véase Prov 6,16s.
23,7-15 Nueva instrucción sobre el dominio de la lengua, que se añade a las otras: 5,9-6,1; 19,4-17;
27,8-15. Aquí se fija especialmente en abusos y malos hábitos adquiridos: aunque supone la legislación, apela sólo a la sanción humana. Quince versos en distribución irregular.
23,7-8 Por imprudencia propia o por malicia ajena, uno puede quedar atrapado en lo que ha dicho: Prov 6,2, cfr. Job 15,6.
23,8 Eclo 6,2.
23,9-11 Hay ocasiones que exigen un juramento, el cual se pronuncia invocando el nombre de la propia divinidad: los israelitas el nombre de Yhwh. El decálogo protege el "nombre santo" prohibiendo su invocación para certificar la falsedad (Ex 20,7). Ben Sira diferencia el precepto: por la frecuencia, por la falsedad, por no cumplir lo prometido. Compárese con Lv 5,4-6. La comparación del siervo no está clara.
23,12 Se refiere a la blasfemia, sin nombrarla, sancionada con pena de muerte: Lv 24,16. Le da reparo el mero nombre del delito: corresponde al eufemismo que sustituye "maldecir" por "bendecir" (Job 1,5).
23,13-14 Mal hablar: en sentido amplio: grosería, indecencia etc. Creado el hábito, es muy difícil controlarse; el mal hablado queda mal en una reunión importante, y hace pensar que sus padres no han sabido educarlo.
23,16-27 Desarrolla el último punto de la oración, 23,6. Cuatro versos sobre tres pecados de lujuria (16-17), seis sobre el adúltero (18-21), seis sobre la adúltera (22-26), conclusión (27).
23,16-17 Proverbio numérico al estilo de Prov 30. Si la terna abarca hasta el v. 26, los tres casos serían: fornicario, adúltero, adúltera. Es más probable que la terna abarque sólo hasta el v. 17, y entonces los casos serían: fornicación, incesto, adulterio; no tiene en cuenta la masturbación. En tal interpretación resulta que el autor comenta ampliamente el tercer caso. La comparación con el fuego puede proceder de Prov 6,27, si no era común; en la literatura posterior ha hecho fortuna. Pero el punto de Ben Sira es que el fuego devora y consume: la pasión atiza su sanción. Sobre el incesto: Lv 18,6; 25,43.
23,18-21 La legislación matrimonial de Israel no era igualitaria. La mujer casada cometía adulterio con cualquier hombre ajeno; el marido cometía adulterio sólo cuando tenía relaciones con una casada. La concepción de Ben Sira es, por lo menos ambigua. Da casi la misma extensión a los dos casos; y define el adulterio del marido como "infidelidad a su lecho": compárese con la concepción de Prov 6,20-35.
23,18 La clásica pregunta de desafío, Sal 10,11; 94,7, tiene una sugestión especial en nuestro caso, y es más un tranquilizarse que un desafío (Job 24,15).
23,20 La mirada de Dios abarca y trasciende la totalidad del tiempo, antes y después.
23,21 El castigo es la infamia pública, menos grave que el previsto en Lv 20,10.
23,22-26 Está bien graduado el triple aspecto del delito: ofensa contra Dios (Ex 20,14), injusticia contra el marido, prostitución propia. En la asamblea los hijos son declarados ilegítimos. Dt 23,3.
23,27 El verso final abarca todos los casos y conduce la instrucción al tema fundamental del libro: respeto de Dios y cumplimiento de la ley; no dice nada de sensatez y necedad.

CAPÍTULO 22.


22 1EI holgazán se parece a una piedra ensuciada:
la gente silba al ver su indignidad;
2el holgazán se parece a una boñiga:
el que la coge, sacude la mano.  

Educación de los hijos  

3iQué desgracia ser padre de un hijo malcriado!,
y si es hija, no es menor desgracia.
4Hija prudente enriquece al marido,
hija infamada es desgracia de sus padres;
5la de las malas costumbres afrenta a padre y marido,
y es despreciada de los dos.
6Historia a destiempo es música en duelo,
pero corrección y látigo siempre enseñan.  

El necio. 

9Es pegar cascotes enseñar a un necio,
o despertar a uno de un profundo sueño;
10quien da explicaciones a un necio se las da a un adormilado,
al final le responde: ¿de qué se trata?
11 Llora al muerto porque le falta la luz,
llora al necio porque le falta el sentido;
aunque mejor es llorar al muerto, que ya descansa,
pues la vida del necio es peor que la muerte;
12el luto por un muerto dura siete días;
el de un necio o impío, toda la vida.
13No hables mucho con el insensato ni vayas con el ignorante
guárdate de él, no sea que tropieces o te salpique cuando se sacude;
apártate de él y estarás tranquilo y no te irritará su locura.
14¿Qué hay más pesado que el plomo? ¿Cómo se llama?
Necio.
15Arena, sal, una bola de hierro
se soportan mejor que un insensato.  

Ponderación  

16Casa trabada con vigas de madera no se deshará en el terremoto;
decisión apoyada en consejo ponderado no temerá en el peligro.
17Decisión asentada en reflexión prudente
es como estuco en pared bien lisa;
18valla expuesta en una altura no resistirá al viento,
decisión cobarde de un plan insensato
no resistirá ninguna amenaza.  

Amistad
(Eclo 6,13-17; 37,1-6)  

19Quien hiere el ojo saca lágrimas,
quien hiere un corazón revela sus sentimientos;
20quien tira piedras a los pájaros los espanta,
quien critica a un amigo destruye la amistad.
21Aunque hayas empuñado la espada contra el amigo,
no pierdas la esperanza, que aún hay remedio;
22aunque hayas abierto la boca contra el amigo,
no temas, puedes reconciliarte; 
en cambio, insultos, arrogancia, descubrir secretos
y golpes a traición ahuyentan al amigo.
23Gánate la confianza del prójimo mientras es pobre,
y gozarás con él de su prosperidad;
durante la tribulación hazle compañía,
y repartirás la herencia con él.
24Antes de prender, el horno echa vapor y humo;
antes de la sangre ha habido insultos.
25No me avergüenzo de saludar a un amigo
ni me escondo de su vista;
26si algún mal me sucede por su culpa,
el que se entere se guardará de él. 
 

Oración por el dominio propio  

27iQuién pusiera un centinela en mi boca
y un cerrojo de prudencia en mis labios
para no caer por su causa, para que no me pierda la lengua!  

22,1-2 El holgazán es huésped frecuente de Prov. Ben Sira no le dedica mucho espacio, pero le dedica comparaciones más crueles y menos graciosas que las de Prov. En otros tiempos y regiones una piedra hacía las veces de papel higiénico. No falta en nuestra lengua el insulto "mierda".  
22,3-5 Del hijo malcriado se ocupan Prov 10,1; 17,21.25; 19,13. A la hija dedicará el autor un ingenioso comentario: Eclo 42,9-14. Un refrán castellano reza: "La mujer buena de la casa vacía hace llena".
Algunos manuscritos añaden un comentario: "Hijos criados con buena educación encubren el origen humilde de los padres; hijos arrogantes y maleducados desacreditan la nobleza de su origen".
22,5 Eclo 42,9-14.
22,6 Véanse Prov 25,20; 29,15. 22,9-15 Después de presentar en planos opuestos al necio y al sensato, el autor dedica diez versos al necio, insensato, falto de juicio. El tema se apoya en una tradición esparcida por Prov y se desarrolla en diez versos de dos, tres, tres y dos estrofas. La serie es un muestrario de formas sapienciales: comparación, mandato, prohibición motivada, enigma, "mejor que". 22,9-10 Las vasijas de loza quebradas eran entonces irremediables: cfr. ls 30,14; Prov 23,9.
22,9 Eclo 21,14.
22,11-12 Oscuridad y muerte son comparaciones extremas, como lo son las de la sabiduría con luz y vida.
22,13 Véanse Prov 14,7; 26,4s.
22,14-15 Véase Prov 27,3.
22,16-18 Como variación de sabio / necio, se presentan ponderación e imprudencia; en imagen de construcción; véase otro uso de la imagen en Ez 13,10-15 y en Mt 7,24-27. No conocemos la función del estuco en pared lisa. Nosotros hablamos de una decisión bien fundada, de un plan expuesto a vaivenes.
22,19-26 Diez versos sobre el trato con el amigo: cómo perderlo y cómo ganarlo. Véanse 6,5-17; 37,1-6. Parece oponer la disensión sincera, que tiene remedio, a la traición, que no lo tiene. Los insultos, porque humillan; la arrogancia, porque crea distancia (13,15-24); revelar secretos, porque destruye la confianza (27,16-21). El ideal del autor es la reconciliación, no la ruptura.
22,23 Parece consejo interesado; pero uno no sabe con certeza si el pobre llegará a rico. Habla de consecuencia, no de finalidad. En realidad, favorece el desinterés. La "herencia" se ha de entender en sentido amplio: sus bienes adquiridos.
22,25 Se entiende cuando ha caído en pobreza o descrédito.
22,27-23,3 Esta oración parece eco o complemento de la instrucción sobre el dominio propio de 18,30-19,3. Por los temas que trata, se puede considerar como introducción al resto del capítulo; pero también hace sentido como conclusión de lo precedente, y tiene entidad propia. Son diez versos repartidos en tres estrofas de tres, cuatro y tres versos.
22,27 Parece inspirado en Sal 141,3s; véanse también Sal 39,2s y Prov 13,3. Los hebreos tenían una concepción bastante material del lenguaje: las palabras salían materialmente del corazón por la boca. Sobre el tema puede escucharse un último eco en Sant 3,1-12.

CAPÍTULO 21.


21 1Hijo mío, ¿has pecado? No lo repitas,
sino reza por los pecados pasados;
2huye del pecado como de la culebra: si te acercas, te morderá;
sus dientes son dientes de león que destrozan vidas humanas.
3La injusticia es espada de dos filos
y su herida es incurable;
4crueldad y arrogancia destruyen la hacienda,
la casa del soberbio quedará desierta.
5La súplica del pobre va de la boca a los oídos,
y Dios le hace justicia enseguida.
6Quien odia la corrección sigue las huellas del pecador,
quien teme al Señor se arrepiente de corazón.
7 Al fanfarrón se le conoce desde lejos,
el sensato reconoce sus deslices.
8El que construye su casa con dinero ajeno
recoge piedras para su mausoleo.
9Una banda de malhechores es un haz de estopa
que termina en una llamarada.
10El camino de los malvados está pavimentado,
pero desemboca en lo hondo del abismo.
11EI que guarda la Ley domina sus pensamientos,
respetar al Señor es sabiduría consumada. 
 

Necio y sabio  

12El que no es habilidoso no aprende,
pero hay una habilidad que produce amargura;
13el saber del sabio es riada que crece,
su consejo es fuente de vida;
14la mente del necio es vasija rota
que no retiene ningún conocimiento.
15Cuando el inteligente oye una palabra sabia, la alaba y añade otra;
la oye el imbécil, y se burla y se la echa a la espalda.
16La explicación del necio es fardo en el viaje,
los labios del prudente saben agradar;
17la asamblea solicita el discurso del prudente
y reflexiona sobre sus palabras.
18La sabiduría es prisión para el necio,
la prudencia es cárcel para el insensato;
19la instrucción es para el necio como grillos a los pies,
como argolla en el brazo derecho;
21La instrucción es para el inteligente joya de oro,
brazalete en el brazo derecho.
20El necio ríe sonoramente,
el cauto apenas sonríe;
22el pie del necio se precipita en la casa,
el hombre de experiencia se detiene con respeto;
23el necio fisga la casa desde la puerta,
el bien educado se queda fuera;
24es mala educación escuchar a la puerta,
el sensato se moriría de vergüenza.
25Los insolentes hablan con insistencia,
el prudente pesa sus palabras en la balanza;
26el necio tiene la mente en los labios,
el sabio tiene los labios en la mente.
27Cuando el impío maldice a Satanás,
se maldice a sí mismo;
28el que murmura se denigra a sí mismo,
y lo detestan en la vecindad. 
 

21,1-11 El pecado no procede de Dios, sino del hombre (15,11-20), de acuerdo; sólo que el hombre es débil (18,12); ¿qué hacer cuando uno peca? -Arrepentirse y enmendarse. Es el tema de esta instrucción, que contrapone el pecador arrepentido y enmendado al malvado contumaz.
21,1-3 Primera estrofa. La serpiente del paraíso queda reducida a una comparación: serpiente que envenena y león que descuartiza son en los salmos imágenes del malvado agresor, p. ej. Sal 57,5; 58,5; 140,4. El pecado envenena al pecador y descuartiza también al prójimo. "De dos filos" porque hiere a la víctima y al agresor.
21,3 Mt 26,52.
21,4-5 Una forma de maldad es la del potentado opresor y el pobre oprimido. La sanción es divina: Dios escucha el clamor del oprimido, según doctrina tradicional: Ex 3,9; 22,22s; lo desarrolla el autor en 35,1-10.
21,6-7 Es la corrección que conduce al arrepentimiento y la enmienda. No corregirse es persistir en el pecado. Este fanfarrón es, por el contexto, el que se gloría de su maldad y de su éxito: Sal 52,3.
21,8 Véase Jr 22,13-15; Hab 2,12.
21,9 Véase Is 1,31.
21,10 Véase Sal 73,18s.
21,11 Termina la instrucción con la síntesis que rige el libro (19,20): sabiduría - respeto de Dios - cumplimiento de la ley.
21,12-26 Consiste en una contraposición paralela del sensato y el necio, en estrofas irregulares. No considera la sabiduría como una cualidad terminada o como un repertorio de conocimientos clausurado, sino como capacidad dinámica de producir, adquirir y retener. Después los contrapone en la conducta social que llamamos buena o mala educación.
21,12 "Habilidad": la palabra griega suele traducir el hebreo sagacidad o astucia. No explica por qué la sagacidad es condición para el aprendizaje; más bien sería consecuencia. Quizá el pensamiento sea que sin la sagacidad uno no habrá completado la formación. El segundo hemistiquio es claro: 19,25.
21,13-14 El agua como elemento vital: léase Prov 16,22; 18,4.
21,15 "Se la echa a la espalda" para no tenerla presente: véase Sal 50,17. La versión latina ha entendido "se la aplica".
21,16 Véase Prov 27,3; Ecl 10,12. Nosotros empleamos la metáfora "pesado, cargante".
21,17 Véase Job 29,11.21-23; Sab 8,10-12.
21,19 En 6,24-31 la oposición se reparte en dos etapas del proceso de aprendizaje.
21,21 Véase Prov 4,9.
21,20 Véase Ecl 7,3.6. Es curiosa la poca atención que dedica el AT a lo cómico; en cambio, los escritores manejan hábilmente la ironía.
21,25 Nosotros empleamos la metáfora lexicalizada "ponderación, palabras de peso"
21,26 Esta aguda expresión contrapone la falta al dominio de la reflexión.
21,27-28 Dos proverbios flotantes, paralelos en el esquema "recae sobre él". El impío o malvado no debe echar la culpa a Satanás, como Eva en el paraíso, porque él es "Satán" para sí; lleva dentro la malicia del Satán: cfr. Rom 7,14-23. Otros comentaristas, cambiando el texto, lo refieren a la maldición injusta que recae sobre el que la pronuncia.

CAPÍTULO 20.


20 1Hay reprensiones inoportunas
y hay quien calla por prudencia;
2es mejor reprender que irritarse;
3quien confiesa la culpa se libra de la desgracia.
4Eunuco que suspira por desflorar a una doncella
es el que hace justicia con la violencia.
5Hay quien calla y pasa por sabio,
hay quien se hace antipático por su mucho charlar;
6hay quien calla porque no tiene respuesta
y hay quien calla porque espera su momento;
7el sabio calla hasta el momento oportuno,
el necio no aguarda la oportunidad.
8El que habla mucho se hace odioso,
al que se arroga autoridad se le detesta.
9Hay desgracias que acaban bien
y hay ganancias que arruinan;
10hay regalos que no te aprovechan
y hay regalos que se pagan el doble;
11 hay honores que traen humillaciones
y hay quien por la desgracia levantó cabeza;
12hay quien compra mucho a poco precio
y después lo paga siete veces más.
13El sabio, con pocas palabras, se hace simpático,
el necio malgasta su cortesía.
14El regalo del necio no te aprovecha
porque lo mira con siete ojos;
15regala poco, critica mucho, abriendo la boca como pregonero;
hoy presta, mañana reclama: ¡qué hombre tan odioso!
16Dice el necio: «No tengo amigos,
no hay quien agradezca mis favores;
17los que comen mi pan son malas lenguas,
¡cuántos y cuántas veces se burlan de mí!»,
18Más vale resbalar en el suelo que con la lengua;
la caída de los malvados se precipita.
19Hombre antipático es como cuento inoportuno
que no se cae de la boca de los necios.
20Proverbio dicho por un necio se rechaza,
porque no sabe decirlo a tiempo.
21Hay quien por pobreza no puede pecar
y descansa sin remordimientos.
22Hay quien se destruye a sí mismo por timidez
y hay quien se destruye por falsos respetos.
23Hay quien promete a un amigo por timidez
y lo convierte en enemigo sin necesidad.  

Mentira. 

24La mentira es una infamia para el hombre,
no se cae de la boca de los necios;
25mejor es el ladrón que el embustero:
los dos heredarán la perdición;
26el mentiroso vive deshonrado
y siempre lo acompaña su afrenta.  

El sabio. 

27El que habla bien se abre camino,
el prudente agrada a los nobles;
28el que cultiva la tierra recoge su cosecha, 
al que agrada a los nobles le perdonan las culpas.
29Regalos y favores ciegan al sabio,
son un bozal que impide la reprensión.
30Sabiduría escondida y tesoro oculto,
¿para qué valen?
31Mejor es el que oculta su necedad
que el que oculta su sabiduría.


20,1-4 Tercera estrofa. Quizá esté incompleta; el segundo verso sería en el original "no hay". Más que de apariencias, trata aquí de resultados. Intenciones buenas, acciones no ponderadas producen resultados opuestos o estériles. Así reprender a destiempo, reprender al contumaz, imponer a la fuerza la justicia; recordamos a Moisés matando al egipcio (Ex 2). La comparación se lee también en 30,20: el violento es estéril para la justicia.
20,5-8 Cuarta estrofa. Los versos 5-7 se leen en hebreo. El v. 7 podría tener la forma "hay". El grupo es temático: véanse Prov 10,19; 15,23; 17,28; 25,11; EcI 3,7. "Se arroga autoridad" con sus palabras, dando órdenes o enmendando a otros.
20,9-12 Quinta estrofa. En los cuatro versos, siete proverbios con la forma original "hay". El tema es homogéneo, de experiencia universal. Nosotros decimos: "lo barato es caro", "quien te regala te compra", "caro has comprado lo que tomas regalado".
20,13-15 Sexta estrofa. El v. 13 se lee en hebreo; también podría tener la forma "hay" en los dos hemistiquios. Cfr. Prov 23,8. "Con siete ojos": al parecer, expresión proverbial: le cuesta desprenderse de ello y lo manifiesta; en hebreo tacañería se dice "ojo malo".
20,16-17 Ampliación sobre el necio tacaño. En griego el v. 17 usa la tercera persona: "su pan ... de él". Quizá convenga mantener la tercera persona solo en la frase final, como comentario semejante al de 15d.
20,18-20 También estos versos se salen de la serie, como comentario sobre el hablar (19,16) y sobre el lenguaje del necio: véase Prov 26,7-9. Estos "malvados", por el contexto, serían calumniadores o maledicentes. El tino es virtud sapiencial, que el necio no asimila, aunque aprenda de memoria el proverbio. El refrán español dice: "Buena palabra, pero no encaja".
20,19 Eclo 6,24.
20,21-23 Los tres últimos de la serie "hay". El tema ha sido tratado en 4,20-28. Lo "convierte en enemigo" cuando no puede cumplir la promesa.
20,24-26 Cambio de tema: compara dos preceptos del decálogo, no mentir y no robar. Parece tratarse de una mentira que causa perjuicio. Dice el refrán castellano: "Al mentiroso cuando dice la verdad, no le dan autoridad"; "Embustero conocido ya de nadie es creído".
20,27-31 Una reflexión sobre el maestro y el hombre sensato cierran una amplia serie, en particular sobre el uso de la palabra. Las alternativas son: reprender o callarse, manifestar o reservarse. Algunos consejos son complementarios. No hay que discutir con un noble (13,11); pero el docto elocuente será bien recibido; hay regalos que no aprovechan (20,10), peores los que sobornan (Prov 17,8); está bien callar hasta el momento oportuno (20,6); pero sin ocultar por siempre el propio saber; hay quien calla y pasa por sabio (20,5), así el necio que oculta su insensatez.
20,28 Véase Prov 12,11.
20,30-31 Reaparecen en el texto hebreo de 41 ,14s.

CAPÍTULO 19.


19 1Quien se da a la bebida, no se hará rico;
quien desprecia lo pequeño, se irá arruinando.
2Vino y mujeres extravían a hombres inteligentes,
el que anda con prostitutas se vuelve descarado;
3podre y gusanos se apoderarán de él,
y su descaro será aniquilado.  

Callar y hablar  

4El que se fía a la primera, no tiene seso;
el que peca, se perjudica a sí mismo.
5El que goza pensando mal, será condenado;
el que resiste a los placeres, corona su vida.
6El que domina la lengua, vivirá sin peleas;
el que detesta la murmuración, sufrirá pocos males.
7No repitas una murmuración
y no quedarás malparado;
8no se lo cuentes ni a amigo ni a enemigo,
y no lo descubras, a no ser que incurras en pecado.
9 Alguien te ha oído, se guarda de ti,
y un día te odiará.
10¿Has oído algo? Muera dentro de ti;
aguanta, que no reventarás.

11Tal noticia pone en trance al necio,
como la criatura a la parturienta;
12fecha clavada en el muslo
es la noticia en las entrañas del necio.
13Pregunta a tu amigo: a lo mejor no lo ha hecho,
y si ha hecho algo, para que no lo repita;
14pregunta al prójimo: a lo mejor no lo ha dicho,
y si lo ha dicho, para que no lo repita;
15pregunta al amigo: muchas veces es calumnia,
no te fíes de cualquier palabra.
16Hay quien tiene un desliz sin querer,
¿quién no ha pecado con la lengua?;
17pregunta al prójimo antes de reprenderlo
y deja lugar a la ley del Altísimo.  

Sabiduría y temor de Dios  

20Respetar al Señor es síntesis de la sabiduría,
cumplir su Leyes toda la sabiduría.
22No es sabiduría ser experto en maldad,
no es prudencia la deliberación de los malvados.
23Hay una astucia que resulta detestable
y hay insensatos que carecen de sabiduría.
24Más vale el de pocos alcances que respeta al Señor
que el muy inteligente que quebranta la Ley.
25Hay una astucia exacta y a la vez injusta,
hay quien es sagaz para aparentar rectitud;
26hay quien anda encorvado y compungido
mientras dentro está lleno de engaños:
27se hace el ciego, se hace el sordo,
y cuando no lo piensas te echa la zancadilla,
28y si le falta fuerza para hacerte daño,
cuando encuentre una ocasión te perjudicará.
29 Al hombre se le conoce por la figura,
al sensato lo reconoces al encontrarlo;
30la manera de vestir, de reír, de caminar
manifiestan el carácter de un hombre. 
 

19,1 "Lo pequeño", es decir, los gastos menudos de cada copa. Compárese con Prov 23,29-35.
19,2 Recordamos el refrán español: "la mujer y el vino sacan al hombre de tino".
19,3 El castigo es el desenlace mortal, según Prov 7,26s; 9,18.
19,4-17 Un campo donde hace mucha falta dominarse es el conversar, hablar y escuchar, preguntar y responder. Catorce versos en cuatro estrofas y una conclusión.
19,4-6 Primera estrofa. Formada de seis participios, tres de conducta mala, tres de conducta buena. En una primera lectura estos versos tienen valor general y sirven de enlace: repite de lo anterior "pecado" y "placeres", introduce el tema de la lengua y la murmuración. Leído otra vez después de la entera instrucción, admite una aplicación específica. "No fiarse": de "cualquier palabra" (15); el "pecado" es la maledicencia, que se vuelve contra su autor; el "placer" maligno de los "pensamientos" es la reacción a las murmuraciones (cfr. Prov 26,22).
19,7-9 Segunda estrofa. Hay ocasiones en que es obligación grave delatar el mal; entonces no se trata de maledicencia.
19,8 Hay ocasiones en que es obligación grave delatar el mal: entonces no es murmuración.
19,10-12 Tercera estrofa. La comparación está facilitada por la concepción hebrea, que considera las entrañas como depósito de informaciones (Prov 18,8). El autor tacha de necedad la falta de dominio.
19,13-15 Cuarta estrofa. Maledicencia y murmuración pueden poner en peligro la amistad, un bien muy estimado por el autor. En vez de creer a la ligera (4), el amigo debe entablar una especie de proceso amistoso, dando ocasión al amigo para explicarse o defenderse, o invitándolo a la enmienda.
19,16-17 La conclusión es a la vez excusa y amonestación. Apelando a la ley rubrica su instrucción: puede ser la ley de Lv 19,17s.
19,20-24 Se abre una nueva serie, bastante irregular, dominada en lo formal por la expresión "hay", en el contenido por el problema de las apariencias. La irregularidad proviene de las numerosas y extensas amplificaciones. En algunos casos puede deberse a la traducción griega. Hágase la prueba leyendo seguidos: 23.25.26; 20,1.5.6.9-12.21-23. Podemos extender la instrucción hasta la nueva reflexión sobre el maestro, al final del cap. 20, formando inclusión con 19,20-21. Las amplificaciones pueden ser comentarios añadidos por el mismo autor.
19,20. El comienzo no puede ser más genérico, y característico de Ben Sira. La sabiduría o sensatez se identifica o se vincula con el respeto del Señor, éste se traduce en el cumplimiento de la ley: compárese con Dt4,6.
19,21 Pero atención, que hay una sabiduría falsa, y hace falta un criterio para distinguirla: véase Sant 3,13-17 sobre las dos sabidurías. La sensatez que propugnan los maestros sapienciales es constitutivamente ética: la sabiduría humana, divorciada de la honradez ética y religiosa, no es auténtica sabiduría.
19,23 "Astucia" o sagacidad pertenece al repertorio de la sabiduría (Prov 1,1-6) y puede ser de doble filo (Prov 12,23). "Insensatos" debe de ser error de traducción, pues no hace sentido. Cabría un antitético "ingenuo, incauto", o sea, ni taimado ni ingenuo.
19,24 Remacha el paralelismo "respeto del Señor / cumplimiento de la ley", esta vez desprendidos de la inteligencia humana.
19,25-28 Segunda estrofa. Gestos de hombre devoto y compungido, en una sociedad que estima tales expresiones de religiosidad. Es probable que el hebreo del v. 27 comenzara por "hay".
19,29-30 Interrumpen la serie para introducir una corrección. No hay que fiarse de apariencias, es verdad; pero es posible conocer a los hombres por sus manifestaciones exteriores. El autor se deja llevar por su método de "los dos aspectos"; quizá esté distinguiendo entre lo forzado del fingimiento y lo natural de la manifestación.