jueves, 26 de julio de 2012

CAPÍTULO 48.


48 1Entonces se alzó como fuego un profeta
cuyas palabras eran horno encendido:
2les quitó el sustento del pan,
con su celo los diezmó;
3por orden de Dios cerró el cielo
e hizo que cayeran tres rayos.
4iQué terrible eras, ELÍAS!,
¿quién se te compara en gloria?
5Tú resucitaste un muerto,
sacándolo del Abismo por voluntad del Señor;
6hiciste bajar reyes a la tumba
y nobles desde sus lechos;
8ungiste reyes vengadores
y nombraste un profeta como sucesor.
7Escuchaste en Sinaí amenazas
y sentencias vengadoras en Horeb.
9Un torbellino te arrebató a la altura,
tropeles de fuego hacia el cielo.
10Está escrito que te reservan para el momento
de aplacar la ira antes de que estalle,
para reconciliar a padres con hijos,
para restablecer las tribus de Israel.
11Dichoso quien te vea antes de morir
[y más dichoso tú que vives].
12Cuando Elías fue arrebatado al cielo,
ELISEO recibió dos tercios de su espíritu.
En vida hizo múltiples milagros y prodigios con sólo decirlo;
en vida no temió a ninguno, nadie pudo sujetar su espíritu;
13nada le resultaba imposible:
bajo él revivió la carne;
14en vida hizo maravillas
y en muerte obras asombrosas.
15Y, con todo, el pueblo no se convirtió
ni dejó de pecar,
hasta que fueron arrojados de su país
y dispersados por toda la tierra.
Judá quedó diezmada,
con un jefe de la casa de David.
16Algunos reyes obraron rectamente,
otros cometieron crímenes monstruosos.
17EZEQUÍAS fortificó la ciudad desviando el agua hasta su interior,
cavó con bronce la roca y cerró los bordes del estanque.
18En su reinado, lo atacó Senaquerib y despachó al copero mayor;
extendió la mano contra Sión y blasfemó de Dios con arrogancia.
19Entonces los valientes se acobardaron
y se retorcían como parturientas,
20invocaron al Dios Altísimo extendiendo los brazos hacia él;
Dios escuchó sus súplicas y los salvó por medio de Isaías;
21hirió el campamento sirio
y con su plaga sembró el pánico.
22Porque Ezequías había obrado rectamente
manteniéndose en el camino de David,
como le mandaba el profeta ISAÍAS,
famoso y acreditado por sus oráculos.
23En sus días, el sol volvió atrás
y alargó la vida del rey.
24Con espíritu poderoso previó el futuro
y consoló a los afligidos de Sión,
anunció el futuro hasta el final
y los secretos antes de que sucediesen.


48,1-11 La figura de Elías está compuesta con datos del libro de los Reyes y del profeta Malaquías. Resulta enérgica y sugestiva: el autor se arrebata al describirla. Su poder
domina la lluvia y la tormenta en el cielo, 2-3, reyes y dinastías en la tierra 6-7, y alcanza
hasta el Abismo, 5.

48,11 El griego ha introducido su fe en la vida futura: "y nosotros también viviremos", que no encaja en el contexto. La traducción propuesta se basa en reconstrucción conjetural. Hay que notar en el v. 8 la insistencia en la sucesión.

48,12-14 Con el mismo tema de la sucesión entra en escena Elíseo, el taumaturgo.

48,15-16 Al nombre de Eliseo se vincula la destrucción del reino septentrional. Perdura el reino del sur como continuidad: de él se ocupará el autor, sin mencionar todos los reyes.

48,17-24 Ezequías e Isaías aparecen juntos, como antes David y Natán.

48,17 De nuevo juega con el nombre del rey "El Señor fortifique".

48,19 Confiaban en sus preparativos militares.

48,20 Isaías significa "El Señor salve"; véase el mismo juego en Is 12.

48,24 Ben Sira ha conocido ya el libro de Isaías como unidad literaria, pues alude aquí
a Is 40 y siguientes. 

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