martes, 24 de julio de 2012

CAPÍTULO 45.


La historia
45 1 Amado de Dios y de los hombres,
Moisés ¡Bendita su memoria!:
2le dio gloria como de un dios,
lo hizo poderoso entre los grandes;
3a su palabra se precipitaban los signos,
lo mostró poderoso ante el rey,
le dio mandamientos para su pueblo y le mostró su gloria;
4por su fidelidad y humildad
lo escogió entre todos los hombres,
5le hizo escuchar su voz
y lo introdujo en la nube espesa;
puso en su mano los mandamientos,
ley de vida y de inteligencia,
para que enseñase los preceptos a Jacob,
sus leyes y decretos a Israel.
6Consagró a AARÓN, de la tribu de Leví,
7otorgándole un derecho perpetuo,
le concedió dignidad para ministerio de su gloria;
le ciñó los cuernos de búfalo y lo revistió con manto de gala,
8le vistió ornamentos preciosos,
insignias de poder y dignidad: calzón, túnica y manto,
9y un cinturón de granadas, con cascabeles alrededor
que sonasen suavemente al caminar,
para que el sonido se oyese en el santuario,
como aviso para sus paisanos.
10Ornamentos sagrados de oro y púrpura y lino, labor de artesano;
el pectoral de las suertes, el efod y el ceñidor
11tejido por un maestro con hilo escarlata; 
en el pectoral piedras preciosas engarzadas y grabadas como sellos,
piedras variadas, grabadas en relieve,
una por cada tribu de Israel.
12Corona de oro sobre el turbante
y una flor con la inscripción «Consagrado»:
honor, dignidad, gloria y poder,
encanto de los ojos, belleza perfecta.
13Antes de él no hubo cosa semejante: ningún laico la vestirá jamás,
solamente sus hijos y sus nietos sucesivamente.
14Su ofrenda se quema totalmente,
dos veces al día, sin faltar.
15Moisés mismo lo consagró
ungiéndolo con óleo sagrado,
así obtuvieron una alianza perpetua él
y sus hijos, mientras dure el cielo,
para servir a Dios como sacerdotes
y bendecir al pueblo invocando su nombre.
16Lo escogió entre todos
para ofrecer holocaustos y grasa,
para ofrecer en obsequio aroma que aplaca,
para expiar por los israelitas.
17Le confió los mandamientos
y autoridad para legislar y juzgar,
le encomendó normas y preceptos para que enseñara las normas al pueblo
y los preceptos a los israelitas.
18Unos laicos en el desierto
ardían con envidia de él:
la gente de Datán y Abirán, 
los secuaces arrogantes de Córaj.
19El Señor, al verlo, se indignó
y los consumió en el incendio de su ira,
envió contra ellos un prodigio:
una llama que los devoró.
20Pero aumentó la dignidad de Aarón, dándole su herencia,
le concedió como sustento las ofrendas sagradas,
21comer lo ofrecido al Señor;
su porción es el pan presentado
como un don para él y su descendencia;
22en cambio, no tiene propiedad en la tierra
ni reparte herencia con el pueblo,
su lote y herencia entre los israelitas son las ofrendas al Señor.
23También FINEÉS, hijo de Eleazar,
hereda en tercer puesto esta potestad;
pues con su celo por el Dios del universo
se puso en la brecha de su pueblo,
con su corazón y generosamente
expió por los israelitas.
24También a él le aseguró Dios un derecho,
alianza de paz para cuidar del santuario;
otorgándole a él y sus descendientes,
el sumo sacerdocio para siempre.
25Aunque la alianza con David,
hijo de Jesé, de la tribu de Judá,
es herencia personal, debida a su dignidad,
la herencia de Aarón es para su descendencia.
26y ahora alabad al Señor, porque es bueno
y os corona de gloria.
Que os conceda prudencia para juzgar con justicia a su pueblo;
que no cese vuestra dicha y vuestro poder nunca jamás.

45,1-5 Un verso quiere afirmar la continuidad. Moisés ante el Faraón, como un dios
en realizar prodigios; la aparición en el Sinaí y su misión al pueblo escogido; la entrega de
la ley como don precioso para el pueblo.

45,6-22 Aarón representa el culto, y ocupa más espacio que Moisés, que representa la ley. Nuestro autor se complace en copiar de Ex 28 los emblemas y ornamentos de la dignidad sacerdotal. Para leer este capítulo hay que tener en cuenta lo siguiente: a) el autor, que ha desenmascarado brutalmente el falso culto, 34,18-26, se entusiasma ante el culto legítimo, como expresión y realización de la vida religiosa del pueblo; b) rúbricas y ceremonias forman para él parte de los libros sagrados, se consideran institución divina, que garantiza la legitimidad y validez de dicho culto; c) los ornamentos son signo patente de dignidad y consagración, más valiosos que nuestros uniformes. Son cosas que han perdido mucho de su sentido y valor en el culto cristiano, se han vuelto muy accidentales; por eso la página de Ben Sira interesa referida al culto que prefigura la nueva liturgia de Cristo, como comenta la carta a los Hebreos.

45,6-13 Ornamentos. Ante el pueblo es una presencia sagrada; ante Dios lleva al pecho la placa con los nombres de las docetribus, "recordando" así ritualmente a su pueblo en presencia de Dios.

45,14-16 Los sacrificios: véase Lv 1-7. 

45,17 Función sacerdotal es la interpretación autoritativa de la ley.

45,18-19 Episodio histórico: Num 16; Sal 106, 16-18.

45,23-26 Sobre Fineés véase Nm 25 y Sal 106,30-31. La insistencia de Ben Sira en la sucesión legítima parece condicionada históricamente: la familia de los Tobíadas quería hacerse con el sumo sacerdocio, el cual correspondía históricamente a los Sadocidas; éstos garantizaban entonces la legitimidad del culto y también la pureza frente a influjos griegos. En aquel momento la estirpe davídica ya no reinaba, mientras que la estirpe sacerdotal conservaba la tradición. Se trata del ser de Israel como pueblo.

45,25-26 Como una pausa en el himno, para separar el primer grupo de figuras ilustres. La institución del culto perpetuo tiene valor conclusivo y permanente, más que la entrada en la tierra: si no es la visión de los antiguos credos y de tantas fórmulas litúrgicas, al menos representa la estructura del Pentateuco, que se queda a las puertas de la tierra. 

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